martes, 16 de diciembre de 2014

martes, 2 de diciembre de 2014

COMPROMETIDOS CON EL CLIENTE



Pericias ad hoc

Con el título como punto de partida ya nos vemos obligados a resolver dos conceptos: el de compromiso y el de cliente, para abordar posteriormente las “pericias ad hoc”.
Así, en primer lugar, consideraremos lo que el DRAE define como cliente que ya subdivide en tres acepciones:
a)      Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa.
b)      Persona que acostumbra a ir a una misma tienda (parroquiano).
c)       Persona que está bajo la protección o tutela de otra.
Pero si cualquiera de ellas la queremos llevar al campo de la pericia forense, nos vemos abocados a la tercera definición con independencia de la asiduidad con la que el ciudadano se refugia en la ciencia del perito. Tal es así que en abogacía se utiliza el término “patrocinado” y nuevamente el DRAE nos llevará al significado de protegido, defendido, amparado…
En síntesis podríamos unificar conceptos y definir al cliente del perito forense como aquél que se encuentra bajo el amparo y protección de la ciencia forense.
La parcialidad con que “las partes” ven su propia intervención e interés en el litigio las llevan a buscar el compromiso “del perito” por el vínculo económico que nace en la relación contractual del servicio, alejándose del compromiso con el estudio científico que el perito pueda realizar.
Es aquí cuando el cliente requiere al perito vinculando su trabajo con el objetivo perseguido: “necesito de sus servicios para que pruebe que la firma de este documento es falsa (o auténtica, según el caso)”, “quiero que confirme que la persona de quien soy heredero no está el pleno uso de sus facultades mentales (sin capacidad jurídica)”, “le contrato para que demuestre usted que los dos documentos se elaboraron con la misma máquina de escribir”,… En esto consisten los informes “ad hoc”, aquellos que se realizan con un fin establecido a priori.
Asumir sin espíritu crítico el planteamiento del cliente puede conducir al perito a sufrir sesgos cognitivos1 que dirijan (de modo inconsciente, inadvertido) a confirmar el juicio previo, a seleccionar inadecuadamente la información que se va obteniendo.
Desde el punto de vista más perverso en el que el perito utiliza la técnica científica para sostener el argumento de la parte que lo contrata, nos encontraríamos ante la falsedad testimonial más execrable, por cuanto que mediatiza la administración de justicia e inclina la balanza al no atenerse a la verdad de la investigación practicada.
No es posible argumentar el compromiso con el cliente desde la comisión de un delito, sino únicamente desde el respeto a la verdad y una investigación fidedigna.
Pero si valoramos la ciencia aplicada llegaremos rápidamente a la conclusión de que una mala praxis está condenada al fracaso a corto y a largo plazo. A corto plazo por cuanto que una contrapericial puede acabar con la pretensión de manipular los datos obtenidos; y a largo plazo, por cuanto que quien usa de ese modo al perito le pierde todo respeto y estima profesional y el perito pierde toda su credibilidad.
En los distintos tipos de pericia encontraremos métodos científicos diversos, en aquellos en los que prima el método inductivo, los argumentos deberán mostrar la mayor objetividad que permitan el estudio de las muestras y su calidad.
El concepto de compromiso lo sustenta el DRAE ante la obligación contraída, ante la promesa realizada.  Esta promesa sólo puede dirigirse en una dirección: la verdad  y  el trabajo riguroso.


1 Problemática pericial y esencia del informe grafotécnico.  Manuel J. Moreno
1 Los sesgos cognitivos. Mª José González Labra